Terminando ya la quinta semana de confinamiento, y el panorama escolar apenas ha cambiado... es más, con el paso de los días se recrudece.
Cada docente, especializado en su materia, intenta sortear la situación a su manera: unos a través de plataformas, otros vía web del centro, vía e-mail, whattsapp, vía telefónica... El panorama escolar es un mar lleno de salvavidas de colores, en una carrera a contra-reloj hacia la meta más deseada: acabar el libro y el temario a costa de quien sea.
Es obvio que hemos perdido el punto de vista holístico del alumnado: el punto de vista que permite formarles de una forma integral, y prepararles competencialmente para la vida. ¿Competencias? Sí, COMPETENCIAS.
La crisis del coronavirus es una oportunidad sin precedentes para que la humanidad se dé cuenta de la necesidad de una perspectiva de ciudadanía global a la hora de abordar los problemas y las crisis. Dentro de la catástrofe que supone, nos está brindando la oportunidad de abrir nuestras mentes a aprendizajes más significativos y que pueden suponer el aprendizaje competencial de nuestro alumnado.
¿Qué ocurre si durante unos meses el alumnado no trabaja el currículum, para dejar paso al aprendizaje de lo que está ocurriendo en el planeta? ¿Qué ocurre si en vez de centrarnos en intentar replicar en el hogar un sistema educativo obsoleto, intentamos abrir los ojos del alumnado hacia las consecuencias mundiales del latigazo del Covid-19? ¿Somos conscientes de los bajos niveles motivacionales que está presentando el alumnado hacia las tareas escolares, debido a que la situación está influenciada por múltiples variables (situación particular de cada familia, presencia de múltiples brechas, cambio de contexto para el aprendizaje, escasa capacidad de autorregulación para abordar las tareas diarias...)?
Me desespera esta situación. Y me entristece hablar con claustros que no son capaces de percibir el filón que tenemos ante nuestras narices...
Cada día nos vemos expuestos a las noticias sobre la crisis. Las familias comentan de forma crítica decisiones e instrucciones sobre el confinamiento, la desescalada, la gestión en países desarrollados y subdesarrollados, daño producido por la presencia de bulos en las redes sociales...
La información está ahí: ahora solo queda enseñar al alumnado a interpretarla, relacionarla, buscar soluciones, observar los cambios, ¡APRENDER DE LA REALIDAD!
Ya, pero ¿cómo hacerlo? Allá voy... propongo algunos ejemplos que cada uno habrá de adaptar a su alumnado, hija o hijo:
Leer noticias, analizar sus partes y resumirlas; escribir textos a profesionales reconociendo su labor; crear cómics sobre la crisis; describir el coronavirus y/o compararlo con otros virus; detectar "fake news" y buscar información de fuentes fehacientes a contrastar para desmontarlos, realizar decálogos de buenas prácticas y diarios de confinamiento, grabar vídeos expositivos a modo de Youtuber, crear infografías, investigar sobre el impacto de la pandemia en otros país, buscar y comparar información sobre el abordaje y el impacto de la crisis en otros países; contraste entre países desarrollados y subdesarrollados; actividades de análisis de datos y gráficas sobre la evolución de la curva en cuanto a contagios, fallecimientos y curados en distintos lugares; análisis de consecuencias del confinamiento para el cambio climático (los delfines y medusas regresan a los canales de Venecia, canguros paseando los las calles de localidades australianas, descenso de la contaminación atmosférica, etc.); búsqueda de nuevas iniciativas de las empresas para reinventarse y adaptarse a la crisis; análisis de las alianzas entre países para la búsqueda de soluciones; búsqueda, elaboración y análisis de de expresiones plásticas, musicales y culturales de la población para el cuidado emocional de las personas (carteles, conciertos en los balcones, conciertos de artistas confinados); análisis y ejecución de iniciativas solidarias en la localidad y en el planeta; etc.
Éstas son solo algunas ideas. Se trata de actividades que no están en los libros, pero que sin duda, desarrollan en nuestro alumnado, hijos e hijas, las competencias de las que tanto se habla. Y eso sí está en el currículum.
¿No creéis que es la lección más importante ahora mismo?
Salgamos de nuestra zona de confort. Aprovechemos la oportunidad que tenemos ante nuestros ojos.
ENSEÑEMOS A MIRAR MÁS ALLÁ DE LOS LIBROS, E INVITEMOS A NUESTROS CHICOS Y CHICAS A OBSERVAR E INTERPRETAR LA REALIDAD.
